-
¿Contratarte? ¿Para qué?
-
Soy detective privado y me contrataste anoche.
-
¿Detective? ¿Para qué iba a contratar a un detective?
-
Vaya, parece que tendré que empezar desde el principio
-
Eran las 22.30h y llamarón a la puerta de mi despacho.
Extrañado por la hora tan intempestiva me dirigí hacia ella y me aproxime a la
mirilla. Allí descubrí a una chica estremecida, estaba llorando, con la cara
descompuesta, el pelo alborotado, el rímel deslizado por sus ojos y la parte de
arriba de su camisa, color negro, rota. Eras tú. Abrí rápidamente y caíste en mis brazos pronunciando sólo una
palabra: Ayúdame.”
-
Así fue como nos conocimos - Le dijo mirándola
fijamente a los ojos.
-
¿Te pedí ayuda?. ¿Por qué? No logro entender lo que me cuentas. Me han
pasado cosas muy raras durante este tiempo pero esto no lo puedo llegar a
creer.
-
Te sorprenderá, espera a que termine y entonces decides.
-
Te ayudé a entrar en mi despacho, te sentaste como
pudiste en el sofá que tengo en la entrada, justo frente a la mesa de
recepción. Te ofrecí un vaso de agua pero me pediste algo más fuerte por lo que
entré a mi despacho, me dirigí al mueble-bar que tengo detrás de mi mesa y te
puse en un vaso un poco de bourbon. Me dirigí hacia donde estabas, por el
camino percibí tu afán por sujetar con fuerza el bolso verde que llevabas, te
puse el vaso en la mano derecha y te ayudé a llevarlo hasta la boca. Lo bebiste
de un trago, sin respirar, lo dejaste entre tus manos, sujeto también por tus
piernas, que no dejaban de moverse y entonces comenzaste a hablar sin parar. Me
costaba entender lo que decías hasta que de tu bolso sacaste un revolver. El
mismo que hay sobre la mesa.” Álex hizo una pausa mientras señalaba el arma.
-
¿Cómo voy a tener yo un arma? Estoy en contra de las
armas de fuego. Esto no tiene ningún sentido, pienso que te lo estás inventando
todo. Seguro que te conocí anoche en algún bar, te conté mi habilidad para
olvidar mis algarabías nocturnas y te estás queriendo aprovechar de la
situación. Te resultará muy divertido pero tengo mejores cosas que hacer, te
rogaría que te marchases, además seguro
que este arma es de juguete.
Laura cogió el arma, apuntó hacia
el frente y disparó esperando silencio pero su cara cambió de color al escuchar
un gran estruendo seguido de un proyectil que fue directamente al centro de su
televisión de plasma. Los dos quedaron paralizados y Álex se apresuró a
quitarle la pistola de sus manos temblorosas e interrumpidas por el pánico.
-
Soy toda oídos – dijo sentándose en el sofá todavía
sobrecogida por lo sucedido
Álex la miró con clemencia y
prosiguió su relato.
-
Cuando sacaste la pistola supe que estabas en serios
problemas, no es fácil conseguir un arma y menos aún para una chica como tú. El
arma seguía posada en la palma de tu mano, era una pistola Crosman C11,
semiautomática de color negro, de calibre 4,5 con capacidad para 18 balas. Me
aproxime a la mesa de la recepción, cogí un bolígrafo y lo pasé por el gatillo
para no tocarla. Me apresuré a coger un pañuelo del bolsillo delantero de mis
pantalones para quitar el cargador, lo saqué con delicadeza, lo observé con
detenimiento y me sorprendió comprobar que faltaban dos balas. Me intrigó
demasiado tu osadía, en ese momento decidí descubrir qué había sucedido en las
horas previas a tu visita y me prometí a mi mismo llegar hasta el final, pasase
lo que pasase.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario